Las necesidades de los
alumnos de cada nivel son diferentes. En la mayoría de los niveles se pretende
imponer la obediencia por medio del castigo. También se puede educar mediante
el ejemplo. Quizá los maestros no aprueben el castigo, pero están conscientes
de que es necesario, aunque también es inevitable que existan desacuerdos entre
maestros y profesores.
El
control
Cuando se juntan los
alumnos en el aula surge una necesidad evidente de algún sistema de control,
las autoridades tienen derecho a corregir aunque se suponga cierta violencia
física. El castigo sigue siendo un aspecto importante de la educación. Para
Miller el castigo es una forma de maltrato. El castigo y los valores de los
padre se contradicen. Después, cuando los niños que fueron castigados se
encuentran en el papel de autoridad ante otros niños más pequeños, actúan con
enojo y resentimiento, así se perpetúa el ciclo. El castigo perjudica al alumno
pero en ocasiones también es nocivo para el profesor. En ocasiones los castigos
desembocan en una lucha por el poder, los hombres se someten al poder del
profesor pero tratan de restablecer su poder con quien pueden, pero las mujeres
en ocasiones se vuelven autodestructivas. Pero en hombres tanto en mujeres esta
violencia puede desembocar en la delincuencia.
La escuela debería ayudar a los niños a afrontar su enojo
y sus sentimientos no resueltos. Por Iván Vladimir Reyna Guzmán.
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