martes, 4 de agosto de 2015

Por tu propio bien, el castigo.




Las necesidades de los alumnos de cada nivel son diferentes. En la mayoría de los niveles se pretende imponer la obediencia por medio del castigo. También se puede educar mediante el ejemplo. Quizá los maestros no aprueben el castigo, pero están conscientes de que es necesario, aunque también es inevitable que existan desacuerdos entre maestros y profesores.

 

El control

Cuando se juntan los alumnos en el aula surge una necesidad evidente de algún sistema de control, las autoridades tienen derecho a corregir aunque se suponga cierta violencia física. El castigo sigue siendo un aspecto importante de la educación. Para Miller el castigo es una forma de maltrato. El castigo y los valores de los padre se contradicen. Después, cuando los niños que fueron castigados se encuentran en el papel de autoridad ante otros niños más pequeños, actúan con enojo y resentimiento, así se perpetúa el ciclo. El castigo perjudica al alumno pero en ocasiones también es nocivo para el profesor. En ocasiones los castigos desembocan en una lucha por el poder, los hombres se someten al poder del profesor pero tratan de restablecer su poder con quien pueden, pero las mujeres en ocasiones se vuelven autodestructivas. Pero en hombres tanto en mujeres esta violencia puede desembocar en la delincuencia.

            La escuela debería ayudar a los niños a afrontar su enojo y sus sentimientos no resueltos. Por Iván Vladimir Reyna Guzmán.

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